Visiones inadecuadas del hombre en América Latina
CELAM, Documento de Puebla (1979), 305-315
1. Introducción
Al encarnarse Cristo nos ofrece los criterios fundamentales para una visión integral del hombre
La misión de evangelizar precisa que la Iglesia proponga una imagen clara sobre la dignidad del hombre y las visiones inadecuadas:
o Unas atentan contra la identidad y la genuina libertad
o Otras impiden la comunión
o Otras no promueven la participación con Dios y con los hombres
Confluyen en América Latina 3 universos culturales: indígena, blanco y africano, que fraguan el mestizaje latinoamericano.
1. Introducción
Al encarnarse Cristo nos ofrece los criterios fundamentales para una visión integral del hombre
La misión de evangelizar precisa que la Iglesia proponga una imagen clara sobre la dignidad del hombre y las visiones inadecuadas:
o Unas atentan contra la identidad y la genuina libertad
o Otras impiden la comunión
o Otras no promueven la participación con Dios y con los hombres
Confluyen en América Latina 3 universos culturales: indígena, blanco y africano, que fraguan el mestizaje latinoamericano.
2. Visión determinista Bajo esta visión podemos descubrir cinco modalidades, todas conducen a una misma afirmación equivocada: el hombre no es dueño de sí mismo, sino víctima de fuerzas ocultas.
a. La práctica de la hechicería
Las prácticas supersticiosas abundan en nuestros pueblos latinoamericanos. Mucha gente cree en el poder mágico y en la influencia maléfica de ciertas personas, acciones u objetos y hacen depender a Dios de acontecimientos humanos.
La creencia en brujos, adivinos, en ciertos ritos, en fetiches, amuletos, son aspectos negativos de la religiosidad popular.
b. El interés creciente por los horóscopos o la astrología
Es superstición cuando el hombre cree que su vida está dominada por las fuerzas zodiacales (He aquí una frase sacada del libro de Botelho d’Abreu “No somos pobres o ricos, buenos o malos, inteligentes o tontos porque queramos: somos una cosa u otra porque los astros así lo determinaron en el momento del nacimiento”)
c. La creencia en la reencarnación
Es una creencia propagada por parte de los adeptos de varias formas de espiritismo y de religiones orientales.
El espiritismo sistematizado y organizado ha nacido en EEUU en la familia Fox. Afirma la creencia en Dios,
la inmortalidad del alma, la reencarnación en la tierra o en los otros mundos habitados.
La creencia en la reencarnación, venga del espiritismo o de las religiones orientales, no es cristiana ni conciliable con el cristianismo.
d. El pasivismo providencialista
Muchos cristianos creen equivocadamente que todo lo que les sucede es determinado e impuesto fatalmente por Dios.
Nada más contrario al espíritu de la Alianza que pide al hombre ser colaborador de Dios en el plan de salvación. El hombre actuar al lado de Dios providente.
Ni Dios solo (pasivismo) , ni el hombre solo (secularismo)
e. El fatalismo social
Se apoya en la idea errónea de que los hombres no son fundamentalmente iguales
Esta falta de respeto a la persona se manifiesta en expresiones y actitudes de quienes se juzgan superiores a los demás. De aquí con frecuencia, la situación de desigualdad que viven obreros, campesinos, empleados domésticos y tantos otros sectores.
Las prácticas supersticiosas abundan en nuestros pueblos latinoamericanos. Mucha gente cree en el poder mágico y en la influencia maléfica de ciertas personas, acciones u objetos y hacen depender a Dios de acontecimientos humanos.
La creencia en brujos, adivinos, en ciertos ritos, en fetiches, amuletos, son aspectos negativos de la religiosidad popular.
b. El interés creciente por los horóscopos o la astrología
Es superstición cuando el hombre cree que su vida está dominada por las fuerzas zodiacales (He aquí una frase sacada del libro de Botelho d’Abreu “No somos pobres o ricos, buenos o malos, inteligentes o tontos porque queramos: somos una cosa u otra porque los astros así lo determinaron en el momento del nacimiento”)
c. La creencia en la reencarnación
Es una creencia propagada por parte de los adeptos de varias formas de espiritismo y de religiones orientales.
El espiritismo sistematizado y organizado ha nacido en EEUU en la familia Fox. Afirma la creencia en Dios,
la inmortalidad del alma, la reencarnación en la tierra o en los otros mundos habitados.
La creencia en la reencarnación, venga del espiritismo o de las religiones orientales, no es cristiana ni conciliable con el cristianismo.
d. El pasivismo providencialista
Muchos cristianos creen equivocadamente que todo lo que les sucede es determinado e impuesto fatalmente por Dios.
Nada más contrario al espíritu de la Alianza que pide al hombre ser colaborador de Dios en el plan de salvación. El hombre actuar al lado de Dios providente.
Ni Dios solo (pasivismo) , ni el hombre solo (secularismo)
e. El fatalismo social
Se apoya en la idea errónea de que los hombres no son fundamentalmente iguales
Esta falta de respeto a la persona se manifiesta en expresiones y actitudes de quienes se juzgan superiores a los demás. De aquí con frecuencia, la situación de desigualdad que viven obreros, campesinos, empleados domésticos y tantos otros sectores.
3. Visión psicologista Según este modo de ver, “la persona humana se reduce, en esta última instancia a su psiquismo”.
Nuestros pastores piensan, concretamente, en dos expresiones bien radicales de esta visión inadecuada:
o La de ciertos seguidores de Freud según la cual, la persona es víctima del instinto fundamentalmente erótico.
o La de algunos discípulos de Pavlov, que conciben al hombre como un haz de reflejos condicionados. El hombre carece de libertad pues responde mecánicamente estímulos.
Así pues, al negar esta visión inadecuada toda responsabilidad conduce al pansexualismo y justifica el machismo tan extendido en Latinoamérica.
4. Visiones economicistas
Bajo el signo de lo económico, que es la raíz común se presentan tres visiones inadecuadas del hombre:
a. Visión Consumista
Es la visión que rinde culto al “Tener más”, ahogando al hombre en su afán desmedido por rodearse de cosas, por consumir y gastar
La persona humana es considerada como instrumento de producción y objeto de consumo.
Todo se fabrica y se vende en nombre de los valores del “tener”, del “poder” y del “placer” como si fueran sinónimos de la felicidad. Esto impide el acceso a los valores espirituales. Es la visión más generalizada”.
b. Visión individualista (del Liberalismo Capitalista)
El liberalismo económico de praxis materialista nos presenta una visión individualista del hombre.
La dignidad de la persona consistiría en la eficacia económica y en la libertad individual
De esta forma el hombre se cierra y se vuelve sordo a las exigencias de la vida social y se coloca al servicio del imperialismo internacional del dinero, olvidando sus obligaciones en relación con el bien común.
Esta visión no planifica la economía al servicio del hombre, sino el hombre al servicio de la economía.
c. Visión colectivista (del Colectivismo Marxista)
Opuesto al liberalismo económico y en lucha permanente contra sus injustas consecuencias, el marxismo clásico sustituye la visión individualista del hombre por una visión colectivista
La meta de la existencia humana se pone en el desarrollo de las fuerzas naturales de producción
El hombre es despojado de su libertad auténtica y es dirigido en su comportamiento por las normas dictadas por aquellos que son los responsables de las estructuras sociales, políticas y económicas.
Esta visión inadecuada afirma defender y proteger los intereses de la mayoría, pero no hace sino aplastar los derechos del hombre (especialmente el derecho a la libertad religiosa). El colectivismo marxista reduce al hombre a un simple engranaje de la maquinaria estatal. (Puebla 313).
5. Visión estatista
Los Obispos del continente, al hablar sobre esta visión y al denunciarla, advierten que es practicada por no pocos gobiernos latinoamericanos.
Esta visión estatista del hombre tiene su base en la teoría de la “Seguridad Nacional”.
Todos los individuos son puestos al servicio ilimitado de la supuesta guerra total contra los conflictos culturales, sociales, políticos y económicos y, mediante ellos, contra la amenaza del comunismo.
Frente a este peligro permanente, real o posible, se limitan las libertades individuales y la voluntad del estado se confunde con la voluntad de la nación. (El estado afirma y hace cosas que la nación niega y no quiere...)
Bajo esta visión el desarrollo económico y potencial bélico, se superponen a las necesidades de las masas abandonadas.
Hay que tener en cuenta que una seguridad nacional es necesaria a toda organización política. Una convivencia fraterna necesita de un sistema de seguridad para imponer el respeto de un orden social justo que permita a todos cumplir su misión en relación al bien común.
Pero cuando el Estado o pocos dentro de una nación utilizan la seguridad nacional y sus métodos inhumanos e ilegítimos para bien de pocos en desmedro de la seguridad nacional y sus métodos inhumanos e ilegítimos para bien de pocos en desmedro de la seguridad de la mayoría entonces estamos frente a una visión estatista del hombre y bajo una ideología perniciosa. Los Obispos denuncian que la doctrina llamada de la Seguridad Nacional pretende “justificarse en ciertos países de “América Latina como doctrina defensora de la civilización occidental y cristiana” (Puebla 547).
6. Visión cientista
La organización técnico-científica de ciertos países está engendrando una visión cientista del hombre. La vocación del hombre está puesta en la conquista del universo.
En esta visión, sólo se reconoce como verdad, lo que la ciencia puede demostrar.
En nombre de la ciencia todo se justifica, incluso lo que constituye una afrenta a la dignidad humana.
El hombre es lo que la ciencia puede decir de él. Por lo tanto el hombre queda reducido a su definición científica
Las comunidades nacionales se someten a las decisiones de un nuevo poder: la tecnocracia
La tecnocracia consiste en una especie de ingeniería social que controla los espacios de libertad de individuos, con el riesgo de reducirlos a menos elementos de cálculo.
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